15 de mayo de 2006

cada dos mil segundos...

cada dos mil segundos me invades, me carcomes;
muerdo un poco de aire y calmo mis ansias con tus imágenes.
me dueles desde tan lejos que cuando llegas es un dolor viejo;
apenas huele a ti y ya en mis ojos se grita lo que no tengo,
me ruedan verdes semillas de árboles en desuso.

inservibles

inexplicables

cada rama que no tenga un columpio deberá ser removida
y pierdo en mi decreto el brazo derecho,
pierdo también la rama que hacía de puente entre tu alma y la mía,
y te veo alejarte, incierta, espantada, a la deriva.

mi brazo aún sangrante forma montañas,
abismos y fuentes donde no los había.
hay un pequeño grupo de gente que llega,
come mi carne, siembra en mis venas.
soy columpio del pueblo,
de tu alma y de la mía.

1 comentario:

LJD2 dijo...

Donde la ausencia se hace presencia ...