31 de marzo de 2011

al interior

llevo horas limpiando recuerdos,
extendiéndolos sobre la cama, disfrutándolos.

evito las cronologías, las prioridades;
los revivo como aparecen,
como les apetece saltar de mi memoria.

a algunos les da por convivir, por mezclarse;
así mi hija juega conmigo de niño,
mis padres, muy jóvenes, se saben viejos felices,
todos mis amigos conviven atemporalmente,
nunca falta el ron y a ninguno hemos llorado todavía.

en mi cabeza existe una sola regla:
cada uno tiene un lugar específico donde volver a instalarse.

si de día conviven entre ellos a mí me da por escribir,
por platicar y contar que alguna vez viví y fue bueno.
pero de noche cada historia regresa a su contexto,
entonces es que recuerdo líneas completas, escenarios;
los personajes permanecen en su tiempo y todo es crudo y es real,
y es cuando más aprendo.

por eso, si alguien me preguntara en este instante "¿qué haces?",
yo miraría la cama sonriendo para, sin pena, responder que sueño.